viernes, 8 de mayo de 2009

Pareja

El poder se reproduce en nuestros gestos más íntimos, no podemos destruir el poder sin construirnos en el mismo proceso como seres libres que se expanden unos sobre otros.
Aquí topamos de frente con ideas que vertebran nuestras relaciones; el amor, el sexo, la libertad, la pareja... Más que ideas, idealizaciones sobres las que el sistema publicitario del poder pone todo su empeño en manipular, promover y transferir universalmente a los cerebros de los consumidores. Toda su batería publicitaria no es un simple juego inocente. ¿Por qué ese empeño en la pareja por encima de adaptaciones modernizantes como las parejas de hecho o las parejas homosexuales? Porque la pareja es fundamentalmente una institución político-económica y policial. Se sustenta en un proyecto económico para toda la vida. Desde que se institucionaliza como tal se empieza a ejercitar la mentalidad policial que caracteriza al compañero, adoptando el papel riesgo, esencia vital, son reducidos a la nada. Podríamos pensar que solo se trata de una castración de nuestra sexualidad, de la pasión encerrada en una sola cama. Pero su castración va más allá. Se trata del poder conviviendo en la intimidad de las relaciones, despersonalizando, uniformando, interiorizando la necesidad compulsiva de consumir amor, institucionalizando la esclavitud. De seres deseantes a seres posesivos. La monopolización del cariño, las atenciones y las bromas de la otra persona la convierten en nuestra pareja. Lo puedes llamar de mil nuevas maneras y darle mil colores, pero la pareja está allí donde dos se convierten en uno y dejan de ser personas para esclavizarse mutuamente. La fidelidad a ese contrato es un crimen contra la humanidad. La pareja es la cárcel de los deseos de solidaridad, y apoyo mutuo, de las aspiraciones de cambiar el mundo, es el modelo de familia elegido durante siglos de patriarcado.
La destrucción del poder implica la destrucción de todas las instituciones creadas por él, incluida la pareja. Es necesario revolucionar nuestra forma de pensar y actuar, pero también de sentir. No basta con reivindicar el amor libre, no se trata de creer o no en la fidelidad. Atacar la institución de la pareja es un rotundo acto de apología de la vida, de afirmación del propio individuo como ser libre, como ser deseantes, de ser tu mismo y hacerlo por ti mismo. Por una cultura DIY (Do It Yourself) libre de relaciones de poder.

LIBRO Hazlo Tú Mismo.
Recupera tu vida.

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