domingo, 16 de agosto de 2009

Tortas si, palabras no.

Vivimos en una sociedad de cánones anticuados y caducados. Donde nos prejuzgamos unos a otros por vestimentas, ideologías y aspectos de vida. Algunas personas intentan a base de tortas convencer, cambiar, o imponer su propia forma de ver la vida. Sin embargo somos seres racionales, y mas que racionales, sociales. Capaces de comunicarnos para llegar a un acuerdo entre nosotros. Atrás quedan las disputas por ser el macho dominante de la manada dejando paso a la libre expresión de cada cual. Algunos todavía no quieren comprender esta realidad, no quieren entender que la edad de piedra y las cavernas expiró hace ya mucho tiempo. Que lo que nos ha hecho llegar a donde estamos no es la fuerza bruta, ni los músculos, o las tortas. Si no nuestro intelecto, que es nuestra mejor arma para adaptarnos al medio con tanta facilidad. ¿Por qué cometer los mismo errores del pasado? No vale de nada volver a repetir las cruzadas y las matanzas que se producían en nombre de religiones (ideas tambien, al fin y al cabo). El fin no justifica los medios si ese fin está a favor de utilizar la violencia desmesurada entre los seres humanos, o si ese fin busca imponer la verdad absoluta. Señores, hagamos uso de nuestro poder intelectual, dejemos a un lado las agresiones y lleguemos a un acuerdo entre nosotros para que nuestras vidas y la de los demás se desarrollen con una mayor facilidad. Dejemos a un lado la humillación y la superioridad. Busquemos la comprensión y el entendimiento. Porque antes que la ideología está la persona.